Embolización

Tal y como estaba previsto, el  17 de junio me operaron, desde ese día hasta hoy no escrito en el blog, y los motivos principales fueros varios.

El primero, porque necesitaba recuperarme ,  fue una operación complicada ya que consiguieron embolizarme los dos aneurismas en la misma intervención. Afortunadamente  ya no tendré que pasar por una tercera operación, de momento. Los médicos me explicaron que  “les di mucha guerra” ya que al embolizar el segundo aneurisma el “coil”  se caía, ya que el cuello de uno de los aneurismas era muy ancho así que me colocaron otro “coil” de más, justo  dentro de la misma arteria, debajo del aneurisma  para hacer de base y así  solucionar el problema. Es decir, muchas horas duró la intervención.  El único inconveniente es que estuve expuesta a demasiada radiación y ya me han dicho que es posible que durante los siguientes meses se me puede caer mechones de pelo. Bueno, como le dije al médico: “ cuando llegue el momento ya le pondré remedio, antes no”

Y el segundo motivo es porque seguí el consejo de mi médico. Me  dijo: “ Silvia,  has estado siete meses viviendo día tras día con tus aneurismas, 3 ingresos y 2 operación. Por tanto ha llegado el momento de desconectar de ellos, deja el blog y deja de vivir entorno a ellos. Ya que tienes que empezar tu vida de nuevo. Si no lo haces puedes quedarte enganchada toda tu vida a ellos.

Una vez me explico que ellos curan situaciones muy graves, pero hay gente que no se recupera nunca del trauma que supone pasar por dicha experiencia. Lógicamente  eso solo corresponde al protagonista de dicha situación, ellos no pueden hacer nada. Y es cierto, es uno mismo  el que  tiene que tener la capacidad de poder cerrar capítulos de su vida, sea cual sea el tema a cerrar. Por mucho que cueste dicho proceso,  hay que hacerlo.

Bueno creo que estoy empezando por el final así que empezaré a contar como fue el inicio de mi segundo operación a través de embolización.

17 de junio:

Es cierto que la experiencia es un grado,  ya que, si comparo lo traumático que significo el   primer ingreso con este, me doy cuenta lo diferente que fue. Aunque es cierto que el tipo de intervención no era la misma, ya no  me abrirían la cabeza ni llevaría 37 grapas en ella, aunque los riesgos sí que eran muy parecidos.

Supongo que el trabajo hecho durante esos cinco meses anteriores sirvieron de algo. Recuerdo que la noche anterior vino una amiga mía a pasar la noche. Agradecí mucho la compañía y las conversaciones que tuvimos, aunque en realidad tampoco hablamos mucho de mi operación. Incluso al día siguiente, a horas de mi ingreso estuve con mi sobrino jugando a “guerra de agua”. Cuando recuerdo ese momento, es cierto que me fastidiaba tener que meterme en un hospital, pero no era miedo, ni pena, ni desesperación. Simplemente era consciente que debía hacerlo y de la manera más tranquila que mi cuerpo y meten me lo permitieran.

Hice el mismo ritual que la vez anterior, mi hermana pequeña me llevó en coche, pero ya no llorábamos ni nos cogíamos de la mano. Recuerdo que hablábamos de la educación de los niños. Incluso hubo un momento que le dije a mi hermana : “ Oye, a ver si nos vamos a pasar de largo” porque parecía que íbamos a tomar algo.

En el  momento del ingreso y subir a planta, aquí la cosa cambió un poco, cuando llegas a la  9 planta del Valle d´Hebron, el panorama que se te presenta es muy duro, vas pasando por el pasillo y es inevitable que la vista se te vaya habitación por habitación y en ese momento se te encoge el alma, ver la  realidad tan dura que hay en esas personas y saber que vuelvo al mismo lugar donde he sufrido tanto. Eso es difícil de llevar.

Pero también encontré algo positivo, que por desgracia o suerte “mis chicas” (como llamo a las enfermeras) la mayoría me conocian y al verme de nuevo empezaron hacer bromas. (prometo que haré una entrada hablando de ellas y ellos, ya que forman parte de tu recuperación física y psicológica, son “ángeles”)

Las siguientes horas fueron de tranquilidad, esta vez no quise que viniera mucha gente ya que estaba preparada para vivir ese momento con pocas persona o incluso en soledad. Bueno soledad poca porque eran tantos los mensajes de apoyo y cariño que fui recibiendo que como la vez anterior era como si los tuviera a todos a mi lado de la cama.

Y el gran día llegó!!!!!!

 

Mi semana antes de la intervención

Finalmente no pude ser operada el 10 de Junio, el motivo fue “una cama”  me llamaron dos días antes para decirme que no había ni una cama libre en el hospital. Tenía al neurólogo , el quirófano y no tenía cama!!!! Esta es la situación que viven diariamente en los hospitales de Catalunya debido a los recortes de nuestros queridos políticos que no saben gestionar correctamente nuestro dinero, o quizás que lo gestionan a según sus intereses.

Escribí una carta a los diarios expresando mi indignación sobre dicha situación, he pensado si la colgaba en el blog pero finalmente he decidido que no, ya que el objetivo de este bolg es poder dar apoyo a través de mi explicar. Así que  la carta quedará en un segundo plano.  Lo que sí que puedo explicar es que caí en un abismo, cuando recibí la llamada que estaba esperando ese  viernes, antes de mi “supuesto ingreso”, para comunicarme  que tendría que esperar una semana más a ser intervenida. Recuerdo ese momento perfectamente, sentí como se me encogía el estomago y empecé a llorar sin consuelo. NO PODÍA SER CIERTO!!! Llevaba tres largos y eternos meses luchando para recupérame de mi anterior intervención y a la vez trabajando para no dejarme caer. Cada puñetero día intentando darle la vuelta a mi situación y buscar  motivaciones y argumentos para poder levantarme e intentar llegar dicha situación, buscar alicientes y propósitos diarios para tirar adelante.

 Después de vivir mis dos últimos días con ansiedad y estrés emocional y ahora debía esperar una  semana más. Si contar que mi familia ya lo tenía todo organizado, tema trabajo, turnos en el hospital, organizado tema niños etc. Y de repente a desorganizarlo todo, para al cabo de una semana volver a organizarlo.

 Puede ser que a la gente una semana no le parezca mucho tiempo, pero cuando estás en mi situación una semana es un mundo, cada día es una eternidad de cambios de estados así que me desmoroné. No podía más, me sentía que se me había acabado las fuerzas para sostenerme…. Me hundí.

Pero a los tres días conviviendo con mi pena, dolor y  tristeza,  me despedí de ellas, me dije a mi misma: “ tienes recursos para salir de este estado”  había llegado el momento de dejar esos pensamientos y sensaciones y me centre en una sola frase “ACEPTAR CUAL ERA MI NUEVO AHORA, MI PRESENTE” Y  la conclusión que llegue es que debía adaptarme de nuevo a mi situación, y mi situación era que me quedaban seis días más para mi operación y por tanto  SOLO YO podía decidir cómo quería  vivirlos, por tanto yo decidía si quería pasar estos días de una manera positiva o negativa, en esta situación solo yo tenía la respuesta.

Así que decidí no volver a mi casa, y quedarme en casa de mi hermana (tal y como lo teníamos organizado, antes del cambio de rumbo.

Decidí hacer en cada momento lo que mi cuerpo me pidiera.

Decidí desconectar y desapego a   mi pensamiento sobre la intervención, dejar de revivir los pasos y fases que me  tocarían vivir.

Decidí disfrutar esos días en  calma y soledad, vivir en contacto con la naturaleza, larguísimos paseos con paisajes que me despertaban la tranquilidad y la serenidad.

Decidí olvidar lo que estaba previsto esa semana  y vivir de nuevo  mi inesperado presente.

Decidí estar en todo momento en conexión conmigo misma y en soledad para poder relajarme y conseguir que la ansiedad no floreciera en mí.

Decidí seguir disfrutando de mis sobrinos y vivir las risas y alegrías que me daban.

Y es curioso porque ahora que es viernes y he recibido la llamada que estaba esperando desde las 8 de la mañana, diciéndome que esta vez si que es posible,  pienso: “ vaya, con lo bien que he estado esta semana”  y siento que se me acaba el tiempo,  mi último paseo, mi último baile con mis sobrinos, mi último despertar en esta casa. Siento que  “el reloj” se ha puesto en marcha y empieza la cuenta atrás, y se me acaba el tiempo.  Pero sé que todo lo que me espera es para volver a tener en breve todo lo mencionado anteriormente y muchísimo más.

Todo este camino lleno de espinas, de tormentas, Caos y tempestades es para  luego poder tener  todo aquello que me proponga en la vida, ya que una de las lecciones que he aprendido es que  me hecho muy fuerte, segura y he descubierto cosas en mi que ni yo   misma conocía.

 Y como me dijo alguien “ AHORA SÍ QUE ESTAS PREPARADA PARA LA VIDA”

Despertar de la intervención Quirúrgica de clipage aneurisma

Después de 6 horas de intervención, de las cuales yo no no fui consciente de nada, los que sufren en ese momento son familiares y amigos en cambio mientras mi cuerpo lucha por superar ese momento mi conciencia estaba dormida. De hecho no recuerdo ni tengo sueños de nada.

En cambio recuerdo perfectamente  el momento de despertar en la U.C.I. Lo recuerdo y siento como si fuera hoy mismo. Abrí  los ojos  y vi que estaba rodeada de médicos y enfermeras preguntándome como estaba,debido a que en este tipo de operaciones las secuelas que te quedan no lo saben hasta que te despiertan. Rápidamente hice un repaso de quién era y de mi vida. Les mire y mi respuesta fue “Estoy viva, me acuerdo que me llamo Sílvia y puedo hablar correctamente….. ESTOY FELIZ”   todos se echaron a reír  y dijeron que graciosa!!  este humor es  fruto de la anestesia. Pero lo que ellos no sabían es que era totalmente consciente de lo que decía y no paraba de repetirme ESTOY VIVA…ESTOY VIVA…  es curioso porque no sabía si me había afectado al movimiento, pero me daba igual solo podía pensar en que estaba viva!!! Claro que a pocos segundos me miré y estaba con cables por todas partes con 3 vías incluso una en el pie,  parches y maquinas que me rodeaban. La sensación que tienes en la U.C.I es de calma, de tranquilidad, lógicamente causada por los analgésicos y la cantidad de anestesia que llevas en tu cuerpo, pero recuerdo que estuve bastante tiempo despierta y allí solita, sin nadie a mi alrededor…. Pero bien, tranquila. Realmente es un momento tan brutal de estar sola contigo misma!!!

Tengo muchas lagunas de tiempo y sucesos, pero  recuerdo perfectamente el momento que mis hermanas, cuñado y mi padre me visitaron en esos 30 minutos que permiten a los familiares entrar. Recuerdo que mi única preocupación era que me vieran bien y que dejaran ya de sufrir por mi. Me pongo en su piel y creo que si yo hubiera estado en el otro lado hubiera  sido desesperante esas  6 horas de espera. Y aún les quedaba otro momento duro, el verme, ya que no sabían como me encontrarían, con algún tipo de secuelas o no.

Así que cuando los vi aparecer…… era tan feliz!!!! Que no paramos de reírnos y decir tonterías… supongo que la emoción, los nervios, la felicidad…un poco todo.

Todo no fue un camino de rosas, ya que a las dos horas de despertar empecé a vomitar y  seguí así durante 24 h que por fin conseguí  expulse toda la anestesia, no es cuestión de cantidad de anestesia sino que yo no la tolero bien. Incluso cuando me hicieron la primera Angiografía en la cual,  la anestesia es tan  leve que te  despiertas en quirofano a media prueba, pues en ese momento , solo finalizar la prueba allí mismo ya empece a ponerme malñisima.

Mis primeros cuatro días en planta fueron muy duros, dolores de cabeza, vómitos, me dolía el hueso de la cabeza cada vez que abría la boca,  mareos, pitidos en el oído,  un derrame en el ojo tan grande que lo tenía hinchado y no podía ni abrirlo, y lo mas duro, 37 grapas  en la cabeza que me dolían. Pero había un pensamiento que no podía olvidar, que tenía que ser fuerte y aguantarlo.

La verdad es que todo fue muy estresante, ya que al segundo día de estar en planta me bajaron de nuevo al quirofano, hacerme una Argiografía para ver como había quedado todo, es decir que hasta no obstener  los resultados de esta prueba no s podía confirmar que la operación había sido un éxito. De manera que volví a quirofano, esta vez sin anestesia total, solo local, me pincharon la arteria de la ingle y a través de un cateter me introdujeron un liquido (contraste cerebral) mientras a 6 cm de mi cara me iban pasando unas placas con calor, para poder realizar las fotos y ver como había quedado todo. La verdad es que leido parece mas desagradable de lo que es en realidad, claro que después de llevar 37 grapas en la cabeza cualquier cosa es menor.  Aunque tengo claro que la labor de médicos, enfermeras, auxiliares etc…es tan importante en esos momentos ya que la manera como te tratan en esos momentos que tienes el corazón encogido en un puño es vital para conseguir pasarlo de una manera mas ligera.

Y otra vez tuve suerte, ya que los resultados de la prueba confirmaba que todo estaba correcto.

Y como todo en esta vida, incluso los malos momentos pasan, al quinto día me encontraba mucho mejor.

Momento de la Intervención

(Los que leáis mi bog por primera vez, os aconsejo que antes de este escrito leáis la entrada de  preparacion Intervención Clipaje Aneurisma  ya que esta es la continuación  de “ mi aventura” como yo lo llamo)

Y el gran día de ingresar llego!!!! Recuerdo aquel domingo 24/02/2013 mi hermana conduciendo de camino al hospital y yo a su lado contemplando y observando muy atenta cada paisaje que mis ojos podían  retener, con el fin de poder memorizarlos , ya que mi ingreso al hospital era inminente y no sabía cuando ni como saldría, así que posiblemente esos paisajes los necesitaría recordar en algún momento crítico de “mi aventura”. Me sentía como si estuviera a punto de a tirarme por  un precipicio sin saber que habría en el fondo de el, aunque tenía claro que me tiraba con paracaídas. 

Es de aquellas situación que recordaré toda la vida, mi hermana y yo con lágrimas en los ojos intentando ser fuerte, el momento de la verdad había llegado. La verdad es que parecíamos «Thema & Louise»  (Es para poner un poquito de humor, ya que me ha quedado muy dramático, aunque fue tal y como lo cuento)

A comparación de mi ingreso anterior para la Angiografía Cerebral, esta vez no fue tan impactante. Supongo que eso es lo que te da la experiencia, cuando ya sabes la dureza que se vivé en la novena planta  de neurología tu mente ya está mas preparado para ver esas escenas.

No puedo entender como  esa misma tarde a 12 h de mi intervención,  uno de los momentos más  importantes de mi vida, como fui capaz de estar  conversando incluso llegue a  reírme en compañía de mis amigos, aquellos que semanas anteriores habían estado a mi lado apoyándome y aguantando mi dolor y miedos. El momento había llegado…. PERO YO NO ESTABA SOLA…. tenía a todos ellos y a muchísima gente que con sus mensajes me iban dando una fuerza que iba absorbiendo por segundos. Creo que eso es lo que me hizo conseguir esa paz interior. Aunque unas horas antes un grupo de médicos entraran en mi habitación para explicarme  TODOS  LOS RIESGOS DE MI INTERVENCIÓN y firmar un papel en el que decía que podía fallecer, quedarme secuelas de movimiento de memoria o del habla.

Cuando me despedí de ellas y me quedé en la habitación a solas con mi hermana es cuando me  di cuenta que todo mi trabajo realizado durante semanas estaba funcionando ( dicho trabajo lo explico en la entrada anterior) . Acepté a dejar mi vida en manos de profesionales y del destino, ya solo me quedaba  la aceptación y serenidad y estaba orgullosa de cómo lo estaba llevando.

 Y EL GRAN DIA LLEGO!!!!

A las 6 de la mañana llego el barbero para afeitarme la cabeza, os aseguro que en ese momento no era lo que más me importaba pero tengo que decir que agradezco al  médico tan profesional y seguro de su trabajo que no le molestaba el pelo y por tanto podía llegar al aneurisma sin raparme, simplemente con afeitar la zona donde abriría ya era suficiente.  Así que tal y como me dijo él, comenté al barbero que el doctor había dado instrucciones de que no era necesario y que el pelo me lo rapaban en quirófano.

 Es cierto que cuando estás en esa situación el pelo es lo de menos lo único que deseas es que todo salga bien y el pelo vuelve a salir. Pero por  otro lado, me considero afortunada ya que es una situación por la cual no quería pasar. Me afeitaron solo  en la zona de la cicatriz. Al tener el Aneurisma en el lado derecho a la altura de la oreja, mi cicatriz es como una “ele” desde la frente hasta la oreja pero a los quince  días ya a penas se veía. Creo que era de las pocas personas de toda la planta que pude librarme de esa situación tan desagradable. Esto lo explico por si estáis a punto de pasar una situación como esta, que se lo comentéis al médico, quien sabe!!!  a lo mejor  una preocupación menos.

 Vuelvo a repetir que lo del pelo no es lo importante en ese momento, pero a la semana tuve que presenciar  como a  “mi compi de habitación” con 37 años le afeitaban el pelo y en ese momento lloraba ella, lloraba su marido y lloraba yo. Ella repetía “si ya sé que el pelo crece y lo importante es la intervención…. Pero tendré que tomarme mi tiempo para  aceptarlo ya que es difícil de aceptar” yo intente darle soporte y ánimos como pude…. Pero creo que tenía razón.

Bueno volviendo a mi situación. A las 8 vino el celador a buscarme y empezaba «la función»,  a mis hermanas las dejaron bajar conmigo.  Os prometo que no sé de donde saque las fuerzas, ni como lo conseguí pero me enfrentaba al momento mas grave de mi vida y estaba serena, tranquila, y con fuerzas. No recuerdo en que pensaba  pero lo que sí que sé, es que me sentía fuerte y preparada.

En el momento que cruzas la puerta de quirófano y te despides de tus hermanas la cosa cambia!!! Supongo que cuando realmente te ves sola ante este momento es cuando te sale todo, empecé a llorar sin consuelo. Tengo que dar gracias a las enfermeras que me atendiera (de las enfermeras hablaré más adelante ya que considero que es un sector poco valorado para el papel tan importante que realizan) me consolaron con mucho cariño, mientras me ponían unas medias en las piernas para no tener una trombosis. Y aun con mis lloros, en el fondo muy en el fondo de mi interior sentía mi serenidad.

Me metieron en quirófano y a partir de aquí pasaron 6 horas de mi vida que no se donde estuve, supongo que mi subconsciente estaría luchando por salir de esta situación y poder despertar, pero tengo que decir que yo no recuerdo nada.

Preparación Intervención Clipaje Aneurisma

Ayer  fue mi cumpleaños, se que este año más que nunca debería celebrarlo ya que soy afortunada porque en mi primera intervención salio  todo muy bien, pero al estar a medio camino de esta situación no estoy lo suficientemente recuperada moralmente como para celebraciones.

Lo que sí que me gustaría es compartir con vosotros la intervención quirúrgica con Clipaje en el aneurisma de la Carótida interna derecha con diámetro de 4 mm y cuello de 5 mm. Dicha intervención consiste en sujetar el aneurisma con un clip de titanio. El motivo de que sea una intervención  quirúrgica y no a través del cateterismo es debido a que el cuello del aneurisma es muy ancho y si la realizaban a través del sistema de  embolización (colocándome una maya)  podía no quedar del todo bien sujeta ya que el cuello era muy ancho. Por tanto, era necesario realizarla a través de la cirugía, era más arriesgado pero a la vez con mayor probabilidad de éxito para que quedará totalmente cerrado y así la sangre poder circular correctamente por el cerebro.

Antes de la intervención:

Una de las cosas que he experimentado es que es cierto eso que dicen “que la vida te puedo cambiar en milésimas de segundos”. Recuerdo la sensación de desesperación enfrente de la Neurocirujana cuando abrió mis resultados de la resonancia y dijo: “Ostras!!!! tienes 4 aneurismas cerebrales, vete  a un hospital público a tratarlos ya que tienen que ser intervenidos»  

El primer dolor que tuve que pasar es saber que tenía la misma enfermedad que tuvo mi madre y encima con un final terrible. Sería imposible describir los sentimientos y el sufrimiento que viví esos dos meses, ya que el dolor era doble saber que tenía una situación crítica  y por otro lado  revivir todo lo que viví cuando era pequeña.

La parte positiva es que soy una persona práctica y de recursos, así que   pronto empecé  “mi búsqueda” y “preparación” para afrontar dicha situación. Lógicamente este camino no lo hice sola, pedí ayuda a gente preparada para poder orientarme.

Podría escribir líneas y líneas explicando cómo fue esta experiencia, pero como tampoco quiero que esto sea muy largo hablaré de lo que considero más importante:

1. Búsqueda de información

Una de las cosas que me ayudó  a afrontar esta sensación de «caída al vacío»  fue buscar información sobre los “aneurismas” y técnicas de intervenciones.

Creo que cuanta más información se tenga de la enfermedad mejor puedes afrontarla. Los médicos y amigos siempre aconsejan que no busques por Internet, ya que no todo lo que se publica es cierto. Pero si se sabe buscar, siempre encuentras páginas médicas donde explican muy bien lo que te sucede. Supongo que depende de cada persona  pero a mí me fue muy bien.

Por supuesto que lees cosas muy fuertes, pero creo que saber la verdad  es el primer paso para poder prepararte psicológicamente, incluso para afrontar los aspectos más duros que pueden suceder en la intervención. No es fácil de asimilarlo  ni de aceptarlo pero si de prepararte para afrontarlo.

A parte de todas las webs médicas que encontré sobre “las intervenciones de los aneurismas” encontré un documento distinto a todos, que me ayudo muchísimo.

Guía del paciente para la recuperación del tratamiento de aneurisma cerebral “ de The Brain Aneurysm Foundation (Fundación del Aneurisma Cerebral

http://www.bafound.org/sites/default/files/BAF_Recuperacion_Book.pdf

Os lo recomiendo, ya que trata la enfermedad con un  enfoque médico pero a la vez desde  la parte humana del paciente incluso habla de cómo la familia puede afrontarlo. Tanto de aneurismas rotos como no, de cómo afrontar la intervención y como superar las secuelas que te pueden aparecer.

A veces leo de nuevo esta guía ya que padezco las secuelas físicas y psicológicas del post-operatorio y  porque debo  prepararme para las nuevas intervenciones que me esperan de aquí a unos meses.

En concreto la  intervención del clipaje consistía en:

Se considera una cirugía abierta, es decir, que es necesario cortar el cráneo para realizar la microcirugía. hará una incisión por debajo de la línea del cabello o en la parte posterior de la cabeza, según la ubicación del aneurisma. De allí se extrae una sección o porción de hueso, para exponer el tejido cerebral. El aneurisma es entonces sujetado con un minúsculo clip de titanio, La porción de hueso se vuelve a colocar en su lugar y la herida se cierra.

Lógicamente mis miedos fueron en aumento, estaba totalmente bloqueada, a veces pensaba que eso no estaba sucediendo que un día despertaría y todo habría sido un sueño, pero no fue un sueño sino una prueba que me puso la vida  o quizás una segunda oportunidad para seguir viviendo, todo depende del razonamiento positivo o negativo que le quieras dar a los hechos. No sé si siempre se puede encontrar la parte positiva a los pero creo que la actitud de uno mismo es importante,  ya que hay veces que no se  puedes cambiar la realidad  por tanto hay que aprenden a vivir con ellas. Así que decidí aceptar mi destino!

2. Contactar con los mejores Especialistas.

Gracias a gente o “angeles” que van apareciendo en tu vida, los cuales son capaces de hacerte favores a cambio de nada, tuve la suerte de poder  visitarme con uno de los mejores médicos de toda España,  incluso se comenta que son de los mejores de Europa, exactamente habló de los neurocirujanos del  Vall d’Hebron de Barcelona. De  esta manera me aseguraba un % grande de posibilidades de que la intervención fuera un éxito. Creo que es importantísimo ponerte en mano en los mejores especialistas, ya que  al fin y al cabo, tu vida la dejas en sus manos.

3. Prepararme psicológicamente.

Me enseñaron a aceptar mi realidad, aceptar mis aneurismas y mi intervención y mi trabajo consistió en afrontarla de la mejor manera.

Aprendí a que es posible soltar una sonrisa y a ser fuerte en medio de la peor tormenta, a saber sufrir y llorar pero sin dejar de ser positiva, a sentir tanto miedo que te paraliza el pensamiento pero sin perder la esperanza. Lo único que sé es que ante situaciones así tú y solo tú decides como puedes o quieres vivirlas. Son lícitos todos los pensamientos que  pasan por la cabeza pero tú decides cuales te sirven  para tirar adelante y  que pensamientos aparecen, los sientes durante unos instantes y luego los sueltas ya que no son reales, simplemente suposiciones negativas para ti.

Fue un camino duro, lleno de mucha desesperación, pero una cosa tenía muy clara  lucharía como una jabata durante esas horas de riesgo en la que mi vida estaría en peligro ya que mi  subconsciente recordaría estas palabra : Quiero vivir!!!!.

Trabajé como conseguir la serenidad en medio de ese Kos, de este desasosiego, pánico.  Mi único objetivo era bajar a quirófano con serenidad, una palabra que creo que deberíamos usarla más en nuestro día a día, ya que esta serenidad ayuda a poder enfrentar  muchas situaciones de la vida.

Aprendía a saber  respirar, puede que alguno os parezca tonto pero de verdad que es muy importante la respiración para conseguir la tranquilidad. Centrarte solo en escuchar tu respiración ayuda a controlar los ataques de pánico, como mínimo a mi me ayudaba.

4. Enfrentarme a la muerte

Sé que puede sonar muy muy muy  fuerte, pero he aprendido que es un tema un poco tabú, incluso a la gente le da miedo  hablar, pero es una realidad que nos tendremos que enfrentar todos tarde o temprano. Yo le tenía mucho miedo y está claro que yo no quería que llegara mi momento pero si tenía que llegar yo no podría hacer nada para luchar contra ella, así que tuve el valor de intentar aceptarla, cogerla de la mano y decirme:”si no sale bien es porque mi momento ha llegado, ya que yo no puedo elegir quedarme o irme, por tanto ante una situación así solo queda aceptar dicha posibilidad. Puede parecer algo muy impactante y no digo que yo quería que llegara, pero es una realidad. El momento de cada uno está escrito y creo que es lo único en esta vida que no podemos cambiar….todo lo demás SI.

Pero tenía hasta la oportunidad de prepárame a ella, ya que creo que es triste  la gente que se ha ido sin poder decir a los demás lo mucho que les quieren o no poder pasar los últimos días con sus seres queridos o irse con cuentas pendientes por solucionar. Por tanto, en la medida que pude y como supe hacerlo mis ultimas semanas antes de la intervención me dedique a eso a solucionar cosas que me quedaban por solucionar y rodearme de la gente que quiero.  Que conste que no quiere decir que pensaba que me iba a morir, pero lo que sí que tenía claro era que en el momento que entrara a quirófano quería dejar este tema zanjado.

5. Una técnica que también me aconsejaron fue la de Anclar “una imagen

Retener una imagen que te dé esa serenidad y bienestar que quería obtener.  Días anteriores me fui a ver “una salida de sol” en medio de ese mar profundo contemplaba  un sol rojo intenso que se asomaba con una fuerza y grandeza que sentí que me daba los “buenos días”, lo retuve en mi memoria, retuve el paisaje, las emociones, las sensación que me transmitieron. Y así en los momento mas tensos y difíciles de afrontar desde mi ingreso hasta mi salida del hospital intentaría recordarlo para trasladarme a ese momento y dejar de sufrir situaciones duras. Y así me dormí en el momento que me pusieron la anestesia.

6. Estar bien conmigo misma

Otra cosa que aprendí es que el apoyo de tu familia, amigos y profesionales es el motor para poder llevar esta situación. No obstante, hay una realidad y es que estas tu sola en la vida. En el momento para el que me estaba preparando, estaría yo sola. Así que me preparé para saber afrontarlo únicamente conmigo misma. Me  preparé para estar orgullosa de quién era y como lo estaba llevando todo.

Aunque para ser justa, diré que el  pensar en la cantidad de gente que en  ese momento tan crítico estaban pensando en mi fue un gran consuelo. Os juro, que notaba las energías de todos ellos, sabía que la lucha era mía pero a la vez con tanta gente apoyándome y en ese mismo instante cada uno de ellos me mandaba su fuerza y apoyo. Eso es muy grande, bonito y te ayuda a conseguir esa serenidad.

Lógicamente deben existir muchos recursos más profesionales y eficaces, yo simplemente quiero compartir los que utilicé yo, cuando sientes que el mundo se te cae encima…tienes que aprender a reacción.

Sobretodo quiero hacer hincapié  que esta preparación no lo hubiera conseguido sin gente profesional que te ayuda a conseguir dichos propósitos.  Aquellos amigos que tienen una capacidad y un DON para ayudar y dar  magníficos consejos. Tampoco lo hubiera conseguido sin todas aquellas personas que con su apoyo y calor humano estuvieron desde el principio a mi lado. Y sobretodo y fundamental…. sin mi familia!!! sin ella no hubiera sido posible, es tan grande el apoyo, fuerza, unión, amor y muchos más adjetivos que he recibido de todos los miembros de mi familia. Una de las cosas positivas que me llevo de esta experiencia es sentirme afortunada de mi familia, amigos y tanta gente que me quieren. Sin todos y cada uno de ellos no lo hubiera conseguido.

Para finalizar este apartado, quiero compartir   un documento que me ayudo mucho a familiarizarme con la enfermedad. Es de “la asociación Brain Aneurysm” la única asociación que encontré. (Si alguien sabe de alguna mas que me informe por favor).

Da explicaciones no tan técnicas sino mas enfocadas al paciente. En ella os explica:

Opciones de tratamiento de aneurismas cerebrales.
Tratamiento de clipaje, Tratamientos alternativos (embolización)
Cuidados posoperatorios
Conexión familiar

http://www.bafound.org/sites/default/files/BAF_Introduccion_Aneurismas_Bk.pdf