Embolización

Tal y como estaba previsto, el  17 de junio me operaron, desde ese día hasta hoy no escrito en el blog, y los motivos principales fueros varios.

El primero, porque necesitaba recuperarme ,  fue una operación complicada ya que consiguieron embolizarme los dos aneurismas en la misma intervención. Afortunadamente  ya no tendré que pasar por una tercera operación, de momento. Los médicos me explicaron que  “les di mucha guerra” ya que al embolizar el segundo aneurisma el “coil”  se caía, ya que el cuello de uno de los aneurismas era muy ancho así que me colocaron otro “coil” de más, justo  dentro de la misma arteria, debajo del aneurisma  para hacer de base y así  solucionar el problema. Es decir, muchas horas duró la intervención.  El único inconveniente es que estuve expuesta a demasiada radiación y ya me han dicho que es posible que durante los siguientes meses se me puede caer mechones de pelo. Bueno, como le dije al médico: “ cuando llegue el momento ya le pondré remedio, antes no”

Y el segundo motivo es porque seguí el consejo de mi médico. Me  dijo: “ Silvia,  has estado siete meses viviendo día tras día con tus aneurismas, 3 ingresos y 2 operación. Por tanto ha llegado el momento de desconectar de ellos, deja el blog y deja de vivir entorno a ellos. Ya que tienes que empezar tu vida de nuevo. Si no lo haces puedes quedarte enganchada toda tu vida a ellos.

Una vez me explico que ellos curan situaciones muy graves, pero hay gente que no se recupera nunca del trauma que supone pasar por dicha experiencia. Lógicamente  eso solo corresponde al protagonista de dicha situación, ellos no pueden hacer nada. Y es cierto, es uno mismo  el que  tiene que tener la capacidad de poder cerrar capítulos de su vida, sea cual sea el tema a cerrar. Por mucho que cueste dicho proceso,  hay que hacerlo.

Bueno creo que estoy empezando por el final así que empezaré a contar como fue el inicio de mi segundo operación a través de embolización.

17 de junio:

Es cierto que la experiencia es un grado,  ya que, si comparo lo traumático que significo el   primer ingreso con este, me doy cuenta lo diferente que fue. Aunque es cierto que el tipo de intervención no era la misma, ya no  me abrirían la cabeza ni llevaría 37 grapas en ella, aunque los riesgos sí que eran muy parecidos.

Supongo que el trabajo hecho durante esos cinco meses anteriores sirvieron de algo. Recuerdo que la noche anterior vino una amiga mía a pasar la noche. Agradecí mucho la compañía y las conversaciones que tuvimos, aunque en realidad tampoco hablamos mucho de mi operación. Incluso al día siguiente, a horas de mi ingreso estuve con mi sobrino jugando a “guerra de agua”. Cuando recuerdo ese momento, es cierto que me fastidiaba tener que meterme en un hospital, pero no era miedo, ni pena, ni desesperación. Simplemente era consciente que debía hacerlo y de la manera más tranquila que mi cuerpo y meten me lo permitieran.

Hice el mismo ritual que la vez anterior, mi hermana pequeña me llevó en coche, pero ya no llorábamos ni nos cogíamos de la mano. Recuerdo que hablábamos de la educación de los niños. Incluso hubo un momento que le dije a mi hermana : “ Oye, a ver si nos vamos a pasar de largo” porque parecía que íbamos a tomar algo.

En el  momento del ingreso y subir a planta, aquí la cosa cambió un poco, cuando llegas a la  9 planta del Valle d´Hebron, el panorama que se te presenta es muy duro, vas pasando por el pasillo y es inevitable que la vista se te vaya habitación por habitación y en ese momento se te encoge el alma, ver la  realidad tan dura que hay en esas personas y saber que vuelvo al mismo lugar donde he sufrido tanto. Eso es difícil de llevar.

Pero también encontré algo positivo, que por desgracia o suerte “mis chicas” (como llamo a las enfermeras) la mayoría me conocian y al verme de nuevo empezaron hacer bromas. (prometo que haré una entrada hablando de ellas y ellos, ya que forman parte de tu recuperación física y psicológica, son “ángeles”)

Las siguientes horas fueron de tranquilidad, esta vez no quise que viniera mucha gente ya que estaba preparada para vivir ese momento con pocas persona o incluso en soledad. Bueno soledad poca porque eran tantos los mensajes de apoyo y cariño que fui recibiendo que como la vez anterior era como si los tuviera a todos a mi lado de la cama.

Y el gran día llegó!!!!!!

 

Mi semana antes de la intervención

Finalmente no pude ser operada el 10 de Junio, el motivo fue “una cama”  me llamaron dos días antes para decirme que no había ni una cama libre en el hospital. Tenía al neurólogo , el quirófano y no tenía cama!!!! Esta es la situación que viven diariamente en los hospitales de Catalunya debido a los recortes de nuestros queridos políticos que no saben gestionar correctamente nuestro dinero, o quizás que lo gestionan a según sus intereses.

Escribí una carta a los diarios expresando mi indignación sobre dicha situación, he pensado si la colgaba en el blog pero finalmente he decidido que no, ya que el objetivo de este bolg es poder dar apoyo a través de mi explicar. Así que  la carta quedará en un segundo plano.  Lo que sí que puedo explicar es que caí en un abismo, cuando recibí la llamada que estaba esperando ese  viernes, antes de mi “supuesto ingreso”, para comunicarme  que tendría que esperar una semana más a ser intervenida. Recuerdo ese momento perfectamente, sentí como se me encogía el estomago y empecé a llorar sin consuelo. NO PODÍA SER CIERTO!!! Llevaba tres largos y eternos meses luchando para recupérame de mi anterior intervención y a la vez trabajando para no dejarme caer. Cada puñetero día intentando darle la vuelta a mi situación y buscar  motivaciones y argumentos para poder levantarme e intentar llegar dicha situación, buscar alicientes y propósitos diarios para tirar adelante.

 Después de vivir mis dos últimos días con ansiedad y estrés emocional y ahora debía esperar una  semana más. Si contar que mi familia ya lo tenía todo organizado, tema trabajo, turnos en el hospital, organizado tema niños etc. Y de repente a desorganizarlo todo, para al cabo de una semana volver a organizarlo.

 Puede ser que a la gente una semana no le parezca mucho tiempo, pero cuando estás en mi situación una semana es un mundo, cada día es una eternidad de cambios de estados así que me desmoroné. No podía más, me sentía que se me había acabado las fuerzas para sostenerme…. Me hundí.

Pero a los tres días conviviendo con mi pena, dolor y  tristeza,  me despedí de ellas, me dije a mi misma: “ tienes recursos para salir de este estado”  había llegado el momento de dejar esos pensamientos y sensaciones y me centre en una sola frase “ACEPTAR CUAL ERA MI NUEVO AHORA, MI PRESENTE” Y  la conclusión que llegue es que debía adaptarme de nuevo a mi situación, y mi situación era que me quedaban seis días más para mi operación y por tanto  SOLO YO podía decidir cómo quería  vivirlos, por tanto yo decidía si quería pasar estos días de una manera positiva o negativa, en esta situación solo yo tenía la respuesta.

Así que decidí no volver a mi casa, y quedarme en casa de mi hermana (tal y como lo teníamos organizado, antes del cambio de rumbo.

Decidí hacer en cada momento lo que mi cuerpo me pidiera.

Decidí desconectar y desapego a   mi pensamiento sobre la intervención, dejar de revivir los pasos y fases que me  tocarían vivir.

Decidí disfrutar esos días en  calma y soledad, vivir en contacto con la naturaleza, larguísimos paseos con paisajes que me despertaban la tranquilidad y la serenidad.

Decidí olvidar lo que estaba previsto esa semana  y vivir de nuevo  mi inesperado presente.

Decidí estar en todo momento en conexión conmigo misma y en soledad para poder relajarme y conseguir que la ansiedad no floreciera en mí.

Decidí seguir disfrutando de mis sobrinos y vivir las risas y alegrías que me daban.

Y es curioso porque ahora que es viernes y he recibido la llamada que estaba esperando desde las 8 de la mañana, diciéndome que esta vez si que es posible,  pienso: “ vaya, con lo bien que he estado esta semana”  y siento que se me acaba el tiempo,  mi último paseo, mi último baile con mis sobrinos, mi último despertar en esta casa. Siento que  “el reloj” se ha puesto en marcha y empieza la cuenta atrás, y se me acaba el tiempo.  Pero sé que todo lo que me espera es para volver a tener en breve todo lo mencionado anteriormente y muchísimo más.

Todo este camino lleno de espinas, de tormentas, Caos y tempestades es para  luego poder tener  todo aquello que me proponga en la vida, ya que una de las lecciones que he aprendido es que  me hecho muy fuerte, segura y he descubierto cosas en mi que ni yo   misma conocía.

 Y como me dijo alguien “ AHORA SÍ QUE ESTAS PREPARADA PARA LA VIDA”

Un ejemplo de superacion

A continuación os adjunto un link de la entrevista al deportista Jorge Font. La situación de esta persona es muy distinta a las personas que sufren un aneurisma, pero el mensaje que transmite se puede aplicar a cada uno de nosotros.

Os animo a que escuchéis lo que dice Jorge ya que es un ejemplo de lucha, superación y optimismo  ante situaciones muy desesperadas en las que nos podemos encontrar cualquiera de nosotros en cualquier momento de nuestra vida .Da una lección de  reconvertir la vida en   lugar de dejarse vencer .

Creo que muchos de nosotros nos podemos sentir muy identificados ya que  a parte de hablar de la superación diaria, habla de cómo  los amigos y familiares viven la enfermedad de un ser querido y como uno mismo se siente endeuda con ellos. Como una parte de la lucha la haces por todos ellos a parte de por uno mismo.

Y como dice él: “la vida no siempre se puede alargar, pero si ensanchar”

 http://www.tv3.cat/videos/4514451/Jorge-Font-la-fortalesa-de-la-fragilitat